Entre la abstención y el voto en blanco: ante la falta de
garantías, estas son las únicas alternativas a las cuales nos enfrentamos en
las próximas elecciones para la representación de los egresados en el CSU.
El próximo 15 de diciembre se
elige al representante de los egresados de Unisucre, cuya mayor y única
motivación es la elección del rector en marzo de 2013. Una candidatura única,
tan ausente de propuestas como abundante en dinero; diplomados “gratuitos”, empresas
de taxis contratadas, hospedajes en Coveñas para los votantes de la Mojana, San
Marcos, Galeras y poblaciones lejanas, financiación de pasajes en buses y hasta
avión, grandes fiestas pagas, dinero repartido indiscriminadamente que
recuerdan los años 80 en la ciudad de Medellín; esto no puede llamarse
democracia y mas bien representa una vergüenza para la autonomía universitaria
y desdeña el papel que juega la universidad para el desarrollo de la región.
Dicha candidatura única haciendo
uso de la inexistente reglamentación para las elecciones adelanta prácticas que
ponen en entre dicho la esencia democrática de la Universidad desplazando el
debate de ideas e imponiendo el juego del dinero, y las dádivas que hoy son un
secreto a voces.
Ante semejante situación los
egresados no podemos ser simples espectadores de los acontecimientos; para
combatir semejante fenómeno, debemos escoger entre la abstención activa y el
voto en blanco, como las únicas opciones decentes capaces de derrotar la
inmoralidad a la que hoy en día asistimos; toda vez que las directivas
universitarias hicieron caso omiso a las solicitudes de aplazamiento de dicho
proceso.
Con la abstención activa podemos gritar con este gesto
mudo nuestro rechazo a la corrupción, sabiendo que nuestro voto sólo servirá
para justificar la pérdida cada vez mayor de democracia, y nuestra respuesta
puede ser proclamar su injusticia, falta de representatividad y credibilidad; no
obstante ello no es suficiente.
Se necesita de un pronunciamiento capaz de cerrarle
las puertas a estas practicas clientelistas, de arrebatarle a la indecencia los
espacios ganados y recuperar la universidad decente que se merecen nuestros
hijos e hijas.
En esta perspectiva el voto en blanco es el instrumento
a utilizar para el rescate del buen nombre de la Universidad, de sus procesos
de formación y desarrollo regional, haciendo de esta un lugar digno de la
formación universitaria de nuestros hijos e hijas.
Jaime Andres Osorno Navarro
Diciembre 12/2012