miércoles, 12 de diciembre de 2012

Indignémonos por la dignidad Universitaria

 
Entre la abstención y el voto en blanco: ante la falta de garantías, estas son las únicas alternativas a las cuales nos enfrentamos en las próximas elecciones para la representación de los egresados en el CSU.
El próximo 15 de diciembre se elige al representante de los egresados de Unisucre, cuya mayor y única motivación es la elección del rector en marzo de 2013. Una candidatura única, tan ausente de propuestas como abundante en dinero; diplomados “gratuitos”, empresas de taxis contratadas, hospedajes en Coveñas para los votantes de la Mojana, San Marcos, Galeras y poblaciones lejanas, financiación de pasajes en buses y hasta avión, grandes fiestas pagas, dinero repartido indiscriminadamente que recuerdan los años 80 en la ciudad de Medellín; esto no puede llamarse democracia y mas bien representa una vergüenza para la autonomía universitaria y desdeña el papel que juega la universidad para el desarrollo de la región.

Dicha candidatura única haciendo uso de la inexistente reglamentación para las elecciones adelanta prácticas que ponen en entre dicho la esencia democrática de la Universidad desplazando el debate de ideas e imponiendo el juego del dinero, y las dádivas que hoy son un secreto a voces.

Ante semejante situación los egresados no podemos ser simples espectadores de los acontecimientos; para combatir semejante fenómeno, debemos escoger entre la abstención activa y el voto en blanco, como las únicas opciones decentes capaces de derrotar la inmoralidad a la que hoy en día asistimos; toda vez que las directivas universitarias hicieron caso omiso a las solicitudes de aplazamiento de dicho proceso.

Con la abstención activa podemos gritar con este gesto mudo nuestro rechazo a la corrupción, sabiendo que nuestro voto sólo servirá para justificar la pérdida cada vez mayor de democracia, y nuestra respuesta puede ser proclamar su injusticia, falta de representatividad y credibilidad; no obstante ello no es suficiente.

Se necesita de un pronunciamiento capaz de cerrarle las puertas a estas practicas clientelistas, de arrebatarle a la indecencia los espacios ganados y recuperar la universidad decente que se merecen nuestros hijos e hijas.

En esta perspectiva el voto en blanco es el instrumento a utilizar para el rescate del buen nombre de la Universidad, de sus procesos de formación y desarrollo regional, haciendo de esta un lugar digno de la formación universitaria de nuestros hijos e hijas.

Con nuestro voto en blanco se reflejan los sentimientos de abstención, disentimiento e inconformidad obligando así a unas nuevas elecciones con reglas de juego justas y claras para todos y todas.

Jaime Andres Osorno Navarro
Diciembre 12/2012

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