El 11 de Agosto de 1966 se celebró el IV Congreso Latinoamericano de Estudiantes en La Habana, Cuba, bajo la consigna de “Unidad, solidaridad y combatividad en contra del fascismo y el imperialismo, en defensa de la educación pública y la autonomía universitaria”. Para preservar tan altos valores y principios emanados del movimiento estudiantil, que siempre ha escrito páginas combativas y heroicas, se fundó en este escenario la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE). Este hecho permitió la unión del movimiento estudiantil continental con el movimiento obrero y campesino, por la liberación definitiva de nuestros pueblos.
En los próximos meses se cumplirán 45 años de tan importante acontecimiento, lo que nos convoca a mantener la lucha por la paz y los principios que defendemos. Durante estos años se ha demostrado la pujanza del estudiantado latinoamericano, en contra de la explotación indiscriminada, enfrentando a los gobiernos neoliberales y las políticas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Diversas han sido las luchas que hemos emprendido y muchos más serán nuestros retos.
Hoy convocamos a realizar el XVI Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), en un momento trascendental para el continente y el mundo. El capitalismo cae en una profunda crisis que origina guerras de ocupación, desempleo, hambre, delincuencia, migración, xenofobia y donde la educación es vulnerable a estas consecuencias. En Europa se recortan presupuestos, elevan aranceles y matrículas, recibiendo como respuesta la movilización masiva de la juventud de manera irreverente y consecuente.
América Latina, en el marco del Bicentenario de su Independencia, presenta una situación similar. En algunos países el ataque a la educación pública y el predominio de la privatización convoca a miles de estudiantes; sin embargo al mismo tiempo, en otras naciones se prioriza la gratuidad, el libre ingreso, la calidad y la universalización de la educación, siendo este el resultado del acumulado histórico de nuestro movimiento estudiantil que ha permitido obtener victorias importantes. Los retos del presente son aún mayores pero no defraudaremos las exigencias y derechos justos para la educación en nuestra América.
En Montevideo, Uruguay, la nación de Artigas, cuna de grandes hombres y mujeres de gestas imborrables, sede del primer Congreso; nos reuniremos nuevamente del 10 al 15 de agosto bajo la consigna “Por Nuestra América: educación, unidad y libertad”. Este será el escenario para que retumben los nombres del Che, Bolívar, Martí, Sandino, Fefel, los postulados de la Reforma de Córdoba y el grito de que una América Latina distinta es posible.
Vamos con alegría a defender nuestras conquistas, a luchar por nuestros sueños y convertirlos en realidades. Hoy, como ayer, seguimos levantando las banderas de la esperanza y la solidaridad reclamando el derecho que nos asiste a una educación pública, gratuita y de calidad.
“La unidad de los pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”, sentenció el libertador Simón Bolívar. ¡Hagamos nuestro el legado de los mártires! ¡Cerremos fila en la lucha por alcanzar nuestros derechos y defendamos las reivindicaciones históricas de los estudiantes!s más terribles dictaduras, el imperialismo y en defensa de la soberanía.
No sólo hemos luchado por el derecho a la educación, sino también por la protección de mejores salarios para los obreros, por la justicia social, la eliminación de la miseria y de la
¡Viva el Movimiento Estudiantil Latinoamericano y del mundo!
¡Hasta la Victoria, Siempre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario